jueves, 10 de marzo de 2011

Jaque mate

                                                                    
Matamos lo que amamos, lo demás no ha estado vivo munca
Rosario Castellanos

Aunque todos los hombres matan lo que aman,         que lo oiga todo el mundo; unos lo hacen con una mirada amarga, otros con una palabra zalamera; el cobarde lo hace con un beso, ¡el valiente con una espada!
                                                                       Oscar Wilde



Clavé la cuchilla fina como un escalpelo en el lugar en que aseguraba está tu corazón, desgarré tu cuerpo, mancillé tu carne y me empapé en tu sangre; arranqué, mutilé, desmembré, todo con la sola fuerza de mi mirada y la frialdad de mis palabras como el cristal.
            Soy una asesina, lo supe al darte la espalda, nunca esperé tu reacción. El sabor a metal inundó mi garganta y mis ojos se abrieron atisbando un futuro sin mi presencia, supe que esa noche había matado por partida doble. Ilusa de mí…
            Asumí que podría salir indemne, que podía romperte el corazón y esperar que no contraatacaras, ahora yazgo cual despojo entre la mesa y el sillón, mi mano crispada y marfilada refleja el abandono de la vida, mis ojos vítreos se tornan borrosos ojos de una pseudo muñeca que nunca podrá llorar, un hilo escarlata que no es carmín, va tiñendo silenciosamente la alfombra.
            La puerta por la que saldría se ha cerrado tras de ti, un despojo mejor parecido que el que dejas a tus espaldas, tus heridas no son visibles, pero no por eso deben considerarse menos mortales. ¡Adieau mon amour, bon voyage! Pierdo la partida sin resentimientos, a fin de cuentas, los dos vamos a un infierno.

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