sábado, 16 de julio de 2011

Papel secundario


La mirada asombrada matizó sus rasgos y entorpeció los de él, los tres pares de ojos se cruzaron y al instante los labios masculinos comenzaron a emitir una especie de disculpa (o tal vez fue aclaración).
La joven sólo atinaba a observarlos con un rictus de extrañeza y confusión, como la que se tiene al desconocer los roles de los personajes por no llegar al principio de la película, si bien comprendía perfectamente que el papel de la “otra” lo estaba interpretando magistralmente ella.
Notaba por el peso plomizo que se había depositado en su estómago y el sabor metálico que percibía en su boca que no le agradaba, en lo mínimo, la situación, pese a todo esperó que cada uno de los tres cumpliera con su objetivo dejando al final de la función un pasillo vacío y tres corazones rotos.


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