sábado, 5 de marzo de 2011

Búsqueda


Te vi por única vez escasos minutos de una noche de hace varios años, y te he echado de menos desde ese instante, pienso mucho en ti, en mis momentos de madre no lograda, y cuando hiela la ausencia de una presencia que nunca ha existido, tu presencia.
            La falta de recuerdos me hiere, los estantes de supermercado con sus ropitas de color algodón de azúcar y de tamaños casi imposibles por su pequeñez se burlan de un vientre inútil y un corazón difícil a los que llamo míos.
            Te busco en los rasgos de otros rostros, en los vientres de madres verdaderas,  me haces tanta falta que no lo entiendo. ¿Cómo es posible vivir por momentos que jamás sucederán?, ¿cómo luchar contra la nostalgia de lo inexistente, la insoportable desolación del vacío?
            ¿Exististe alguna vez, en otra parte que no fuera mi imaginación?, eras tan hermoso ahí que merecías ver la luz, aunque ésta viniera de la fuerza de otro vientre, uno sano por supuesto. Acaso algún día, te encuentre en la vorágine de las calles de la ciudad, o de la mano de alguien, posiblemente jugando fútbol en un parque cualquiera, quizá reclamando en la voz de un alumno en su aula,  puede ser caminando al lado de una mujer a la que le susurrarás frases de amor, tal vez revisando mis análisis cuando el único diagnóstico posible sea vejez, o probablemente mi búsqueda termine y te encuentre al fin, en la mirada del sacerdote que me reconciliará en el momento de mi muerte.

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